La firma Valenciana apuesta por la modernidad con un rebranding con un que persigue la elegancia y la sencillez, manteniendo sus valores de tradición y artesanía.
Rondaba el año 1975 cuando Alejandro Vidal, uno de los modistos más reputados de la Valencia del Siglo XX, abría su atelier en la ciudad, recibiendo a las clientas más exclusivas que confiaban en él tanto para la confección de trajes de novia, como para el diseño de atuendos elegantes para el día a día. Un modisto que valora la perfección en cada prenda y que, tras horas de trabajo de patrón logra diseños únicos que reflejan a la perfección la tradición y la artesanía.
Años más tarde, tras regresar de estudiar Diseño de Moda en el Instituto Marangoni de Milán, donde perfeccionó la técnica del negocio familiar, su nieto Álex Vidal, ahora CEO y diseñador de su marca homónima, se puso al frente de la firma, primero como director creativo, después lanzando sus colecciones en solitario y presentándolas en la Valencia Fashion Week y, ahora, llevando casi todo el peso de la marca a sus espaldas.
Una firma que, tras medio siglo de historia y, a pesar de mantener los valores clásicos de la marca (la tradición, el trabajo artesanal, los acabados hechos a mano y los patrones confeccionados a medida para cada clienta) deja atrás las colecciones de prêt-à-porter e invitada para dedicarse exclusivamente al mundo de la novia. Además, apuesta por la clienta moderna, por la hija y la nieta de las compradoras más fieles que Alex Vidal lleva vistiendo desde sus orígenes.
La marca experimenta así un rebranding con el que pretende que el consumidor entienda su nueva identidad. Alex Vidal se consolida ahora como una firma mucho más elegante y moderna –al igual que su logo, que transmite paz, tranquilidad y sencillez–. Un diseño pulcro que también se aprecia en sus colecciones, protagonizadas por el blanco marfil en todos sus vestidos, diseñados siguiendo las tendencias, pero fabricados en tejidos orgánicos, sedas naturales, algodón y lino de composiciones pura, con el sello GOTS que pocas marcas españolas presumen de tener.
Diseños únicos realizados por el equipo de 4 personas que trabaja en su taller de Valencia y con los que, según explica Alex Vidal, “no busca vestir cuerpo, sino realzar personalidades”. Vestidos que consiguen el equilibrio perfecto entre tradición y modernidad y que, en esta nueva etapa, se envuelven un packaging más bonito y funcional, que permite un mejor transporte de las prendas. Un trabajo que ahora se centra, más que nunca, en una filosofía muy clara del detalle, con la que siguen muy de cerca al consumidor desde la primera toma de contacto hasta la entrega final.