En un mundo donde la velocidad y la producción en masa dictan el ritmo de la industria, PLA propone una pausa. Una marca que va más allá del diseño para convertirse en una auténtica declaración de intenciones. Fundada en 2013 por la diseñadora Irene Peukes, PLA defiende un modelo de creación más humano, más sostenible y profundamente arraigado en la artesanía.

Con la filosofía “Más manos, menos máquinas”, la firma fabrica calzado unisex a pequeña escala, fusionando técnicas ancestrales de distintas partes del mundo en un diálogo fluido entre tradición e innovación. El resultado: zapatos con un estilo singular, natural y honesto.

Diseño con propósito

Los modelos Illetes, Bonanova y Tramuntana son el corazón de la propuesta de PLA. Cada par es tejido a mano en Bangladesh por artesanas expertas que elaboran el cuerpo del zapato a partir de una sola trenza continua de yute —un material resistente, biodegradable y esencial para muchas comunidades agrícolas locales. Esta colaboración se realiza en alianza con Cáritas Bangladesh, y sigue los principios del Comercio Justo, asegurando condiciones laborales dignas y un impacto social positivo.

La segunda etapa de producción tiene lugar en Mallorca, donde zapateros artesanos unen cuidadosamente las trenzas a suelas de crepé natural, completando un proceso donde el saber hacer manual es protagonista en cada paso. Una sinergia que conecta orígenes, culturas y generaciones.

Más que zapatos

PLA no es solo una marca, es una manera de estar en el mundo. Cada pieza de su colección encarna un equilibrio meditado entre estética, funcionalidad y ética. Su enfoque holístico se extiende también a su línea textil, en la que los valores fundacionales se mantienen intactos: respeto por las personas, por los tiempos y por el planeta.

Con su estilo sereno, orgánico y atemporal, PLA reivindica que la verdadera innovación reside en recuperar lo esencial. En devolver protagonismo a las manos que crean. En diseñar con sentido.

PLA es una invitación a caminar distinto. A pisar con conciencia. Y a vestir, desde los pies, una forma de vida más auténtica.