La actriz apostó por una pieza en color cereza y lentejuelas para presentar en el plató de TVE su nueva serie Furia.
Hay apariciones televisivas que traspasan la pantalla y se convierten en pequeños manifiestos de estilo. Anoche, en el plató de La Revuelta (TVE), Candela Peña volvió a demostrar que es mucho más que una actriz consagrada: es una musa contemporánea capaz de marcar tendencia con la misma naturalidad con la que encadena verdades. Invitada para presentar Furia, su nueva serie para Max —que se estrenará en julio y de la que ya se habla como uno de los grandes títulos de la temporada—, la intérprete deslumbró enfundada en un diseño que capturó todas las miradas: el vestido Seraph Cherry de la firma asturiana Celia B.
Candela lo llevó con la actitud que solo las grandes saben sostener: sin forzar, con esa mezcla de carisma, irreverencia y sofisticación que la convierte en un icono. La combinación con unos salones destalonados minimalistas y neutros dejaba al vestido reinar con luz propia. Gracias a su melena suelta con ondas suaves y maquillaje natural pero luminoso aportaba frescura y autenticidad al conjunto.
Confeccionado en una exquisita malla bordada de lentejuelas, el Seraph Cherry no es simplemente un vestido: es una declaración de intenciones. Su color rojo cereza, intenso y electrizante, actúa como símbolo de poder y vitalidad, mientras que la silueta —de corte midi, con cuerpo entallado y majestuosas mangas abullonadas— bebe del glamour de los años 80 sin perder el pulso actual. Las lentejuelas, lejos de resultar excesivas, se integran con elegancia en un diseño que sabe brillar sin gritar.
No es casualidad que el look firmase Celia B. La diseñadora, conocida por sus propuestas eclécticas, llenas de color, energía y espíritu artesano, ha construido una firma que celebra la diversidad y la individualidad, dos valores que Candela Peña representa a la perfección.
En un panorama donde el minimalismo ha sido durante años la única vía hacia el buen gusto, Celia B —y mujeres como Candela— reclaman el derecho a disfrutar del color, del brillo, de lo barroco y lo exuberante como símbolos de libertad. La lentejuela ya no es solo sinónimo de fiesta: es sinónimo de fuerza, y anoche Candela la llevó como quien porta una armadura de heroína moderna.
Anoche, Candela Peña no solo habló de Furia. También nos recordó —sin decirlo— que vestirse sigue siendo una forma de narrarse. Y que cuando se hace desde la verdad, con diseño español, creatividad sin límites y mucha, muchísima personalidad, el resultado es imbatible.