La pandemia ha tenido graves consecuencias también para la salud mental y emocional. En la población general, los trastornos de ansiedad, depresión y alteraciones del sueño han aumentado un 20 % en personas sanas. Y la situación es bastante más grave entre los sanitarios: más de un 40 % tiene síntomas de trastorno por estrés postraumático. Según una reciente investigación de la Universidad Complutense de Madrid, el 79,5 % de los profesionales de este sector sufre ansiedad y el 51,1 % tiene depresión. “Pero seguramente estas cifras son bastante menores que la realidad, porque la mayoría de las personas solo recurre a un profesional de la salud mental cuando ya tiene dificultades importantes para seguir su vida diaria, bien por falta información o lamentablemente por temor al rechazo social”, advierte la doctora Teresa Pascual, experta en acupuntura.
Sin embargo, la salud mental tiene una importancia enorme y es fundamental atenderla y prevenir enfermedades, porque influye y condiciona todos los ámbitos de nuestra vida. Puede afectar negativamente a nuestras relaciones familiares, sociales y nuestro desempeño laboral. Otro aspecto muy importante y poco conocido es la depresión de la mujer embarazada y su repercusión en el feto. “Actualmente sabemos que la depresión durante la gestación no solo causa sufrimiento a la futura madre, sino que además puede tener consecuencias importantes para el hijo después del nacimiento, aumentando la posibilidad de problemas emocionales, trastornos de conducta, por déficit de atención y desarrollo cognitivo”, agrega la doctora Pascual.
Finalmente, la depresión y ansiedad con frecuencia tienen además repercusión en la salud física. Es decir, muchas enfermedades (cardiacas, cutáneas, autoinmunes…) pueden empeorar o incluso manifestarse después de un estrés emocional grave. Es imprescindible por tanto cuidar la salud mental y cuidar la prevención.
¿Qué papel terapéutico puede tener la acupuntura?
La acupuntura tiene un papel importante en el tratamiento de problemas de salud mental como depresión, ansiedad e insomnio, bien sea utilizada sola o como complemento de tratamiento convencional. Hay investigaciones científicas que lo avalan. En 2019 se publicó en Journal of Clinical Medicine una revisión de estudios con 2268 pacientes, en la que la acupuntura mostró reducciones clínicamente significativas en la gravedad de la depresión (1).
Respecto a la ansiedad e insomnio, también son varias las investigaciones que arrojan importantes hallazgos clínicos. En un metaanálisis reciente de 2020 con 1108 pacientes se estudió la acción de la acupuntura sobre el sueño. Se constató que el efecto de la acupuntura verdadera era superior a la acupuntura simulada o placebo (2).
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Toronto concluyeron en otro trabajo que “usando solo acupuntura, los pacientes mejoraron el sueño, redujeron significativamente la ansiedad y aumentaron las secreciones endógenas de melatonina”. Este estudio se publicó en el Journal of Neuropsychiatry and Clinical (3).
Igualmente, en el caso de los veteranos de guerra con trastorno de estrés postraumático, la acupuntura proporcionó un alivio significativo de los problemas de sueño, según un estudio realizado por la Universidad de Emory (4).
¿Por qué mecanismos la acupuntura mejora la ansiedad y la depresión?
Hay numerosos estudios que abarcan muy diversos campos de investigación (neuroquímico, clínico, técnicas de neuroimagen) y que permiten avanzar en la explicación de la acción de la acupuntura sobre la ansiedad y la depresión. “Gran número de estas investigaciones se han realizado en animales y tienen un interés especial, porque hay que recordar que el cerebro de un ratón es difícilmente sugestionable, por ello son muy útiles para descartar el efecto placebo”, indica la experta. Por ejemplo, hay estudios sobre ratas con comportamiento ansioso y deprimido inducido por el estrés, en los que la electroacupuntura demostró ser útil para aliviarlo (publicado en ‘Frontiers en Neurociencia Molecular’, en mayo de 2018).
“La acupuntura regula la neuroquímica cerebral en la misma línea que los fármacos.
Los estudios en ratones han demostrado que mejora el metabolismo de mediadores químicos que influyen en los estados depresivos: triptófano, serotonina y dopamina, entre otros”, detalla la doctora Pascual. Esta acción neuroquímica explicaría su eficacia (5).
Hay también numerosos ensayos clínicos que comparan el efecto de la electroacupuntura con varios antidepresivos convencionales. Se ha llegado a la conclusión que tiene efectos similares a los de los fármacos, según afirma el doctor Roberto González en su estudio ‘Investigación Clínica Básica de Acupuntura en Depresión”.(6)
Por otra parte, utilizando técnicas de imagen, se ha observado que la región cerebral llamada hipocampo disminuye de tamaño en los animales deprimidos porque sus neuronas degeneran. Si a estos animales se les trata con acupuntura, el tamaño del hipocampo aumenta significativamente (Qiong Liu. Jin Yu).
¿La acupuntura funciona por sí sola o como complemento a otros tratamientos?
“La acupuntura por sí sola puede ser eficaz como único tratamiento, pero también se ha visto que es muy útil asociada al tratamiento farmacológico”, dice la doctora Pascual. Así lo demuestran también los estudios: los tratamientos con medicación y acupuntura producen mayores beneficios que la medicación convencional sola (7). “Por todo ello, el médico que ejerce la acupuntura valorará con cada paciente el mejor enfoque terapéutico, dependiendo de su cuadro clínico”.
La aguja de acupuntura produce algunos efectos bioquímicos y anatómicos similares a los de fármacos (sin los efectos secundarios). Por ejemplo, la recuperación de las neuronas del hipocampo que disminuyen en depresión, la liberación de serotonina, triptófano, etc. Según la experta, “esto explica que pueda tener efectos antidepresivos y que mejore la clínica de estos pacientes. Tras valorar cada caso, esto permite tratar a algunos pacientes sin necesidad de recurrir a fármacos y, en otros casos, permite reducir la medicación. Es importante indicar que si el paciente está medicado cuando acude a la consulta de acupuntura, la pauta descendente de la medicación debe seguir controlándola el psiquiatra”.
Tratamiento a largo plazo
Un tratamiento con acupuntura para problemas de salud mental como depresión o ansiedad debe plantearse a medio plazo, aunque en los casos de ansiedad se puede apreciar mejoría antes, a las pocas sesiones.
Igual ocurre con otros tratamientos, todos necesitan un tiempo para restablecer los niveles de neurotransmisores en el cerebro. Así ocurre con la psicoterapia y también con los fármacos antidepresivos. Estos últimos comienzan a hacer efecto a las tres semanas y hay que continuar la pauta al menos tres meses. “Con la acupuntura sucede algo similar, necesita varias sesiones para restablecer la secreción endógena de neurotransmisores, para recuperar los niveles de serotonina, betaendorfinas, dopamina, etc.
Por otra parte, se conoce que el efecto de la acupuntura es acumulativo, es decir, se mantiene tiempo después de finalizar el tratamiento, a veces meses (también existen estudios bioquímicos sobre este efecto). “No obstante, es aconsejable hacer un cierto tiempo de seguimiento del paciente. En la práctica, mantener durante unos meses (2 o 3) una sesión mensual es lo prudente en estos casos”, concluye la experta.
Quién es la doctora Pascual
Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid, la doctora Teresa Pascual es diplomada en Acupuntura y Moxibustión por la Facultad de Medicina Tradicional China de Heilongjiang. Junto a su consulta privada de Madrid, forma parte del equipo de la Unidad del Dolor del Hospital Quirón Ruber Juan Bravo y colabora como acupuntora en las consultas de esa institución. También formó parte de un programa de apoyo a tratamientos de Reproducción Asistida en el Instituto Valenciano de Infertilidad.
La doctora Pascual compatibiliza su actividad médica con la función docente. Ha sido profesora en cursos de acupuntura en el Col.legi oficial de Metges de Barcelona, el Colegio de Médicos de Madrid y la Escuela de Enfermería del Hospital La Paz. Hasta 2018 ha sido profesora docente en el Máster de Acupuntura de la Universidad Complutense de Madrid.