Con la llegada de la primavera y del entretiempo, los kimonos y kaftanes se convierten en la pieza perfecta. Una apuesta segura para una prenda como fondo de armario que destaca por su versatilidad: Trabajo, planes con amigas, fiestas, tardes, cócteles al aire libre o, incluso, por encima de los hombros de cara a la temporada de bodas, bautizos y comuniones de estas fechas.
Isabel Gomila es uno de los nombres referentes en este tipo de prendas respecto a diseños nacionales, y es que con su taller emplazado en Mallorca, la diseñadora Holandesa vende sus diseños, por los que han apostado rostros como Lola Índigo, a todo el mundo.
Que sea imposible que dos personas coincidan en el mundo con la misma prenda. La diferenciación es para Isabel Gomila la base de su éxito, y por eso, desde el corazón de Mallorca confecciona kimonos únicos a través de técnicas artesanales, estampados elaborados por artistas locales y explosiones de color que, sobre todo, obedecen a una máxima: favorecer a todo el mundo.
La pandemia obligó a esta holandesa afincada en Mallorca a reformularse y dejar a un lado los trajes de noche extravagantes y futuristas en los que se especializaba, por los kimonos, una prenda democrática. Y lo hizo utilizando retales que coleccionaba de distintas partes del mundo, logrando mantener su producción y esquivando la falta de distribución textil durante la crisis sanitaria. Una exclusividad que comenzó́ por accidente para convertirse en su emblema.
“Lo que creo que tiene éxito en estas prendas es que tu altura, edad o complexión dan igual, valen para todo el mundo; los lleva mi madre y también mis amigas modelos…”
Lo que empezó siendo un hobby acabó siendo su pasión y profesión. Así es como pasó de coleccionar telas y retales de diferentes partes del mundo, a lanzarse de lleno al mundo de la moda.
“He dado con un producto que me representa. No repito ningún tejido, mi objetivo es que nadie coincida con una persona que tenga un kimono como el suyo, porque como los kimonos, cada persona es única, y busco ser una marca que no excluya a nadie.”
Exóticos y coloridos tejidos de la India, pailletes que brillan y vibran en las fiestas más cañeras y, literalmente, ilustraciones que son obras de arte conviven en el universo al que Isabel Gomila da forma.
Holandesa afincada en Mallorca, extrovertida, con un toque punk y tras los diseños por los que apuestan habitualmente rostros como Chanel Terrero a Itziar Castro, Vanesa Romero, Samantha Vallejo-Nágera o Sandra Blázquez, el flechazo de Isabel Gomila por la moda empezó en su Holanda natal e implosionó en Mallorca de la mano de José Miró, diseñador de alta costura tras la firma Thierry Mugler.
Desde que saliera del programa televisivo Maestros de la Costura hace tres años, su trayectoria como diseñadora ha implosionado a un ritmo vertiginoso. Su propia firma, orientada hacia ropa de fiesta y noche evolucionó hacia los kimonos exclusivos y de autor, prenda con la que viste a varias celebrities. Ahora abre su propio espacio en uno de los barrios más alternativos de Mallorca.
DE HOLANDA A MALLORCA, DEL BAILE A LA MODA.
Isabel Gomila sabía que no encajaba en el pequeño pueblo de Holanda en el que vivía. “Mi madre me apuntó allí a clases de costura, y mi forma de entender la moda era diferente a la de los demás”, dice Gomila, que creció inspirada por la estética futurista y que, al cumplir la mayoría de edad, sacó su carnet de conducir para llegar hasta Ámsterdam.
“Siempre me ha fascinado la noche y sus códigos de vestimenta, en Ámsterdam conseguía pases privados para la discoteca IT gracias a los trajes con los que iba y a los que dedicaba horas. Allí estaban desde Madonna a Bowie, George Michael…”
Después vendría España, donde aterrizaría cautivada por el baile en las tarimas de las discotecas más prestigiosas de la isla. Así conocería el pasaporte directo hacia el diseñador José Miró, tras las bambalinas de Thierry Mugler. “Me enseñó todo lo que él sabía, es mi maestro por excelencia de la moda y de cómo funciona”, explica la holandesa, que recorrería Cibeles y pasarelas en Barcelona de la mano del diseñador.