A lo largo de la historia la moda ha sido y es una forma de expresión individual pero, también un altavoz para romper las normas y que se escuchen nuestras voces. Porque nuestro valor como mujeres no lo dicta un canon o una tendencia, y lo tenemos más claro que nunca. La moda es, en definitiva, sinónimo de revolución, y este libro nos lo demuestra con las historias de mujeres brillantes y valientes que rompieron barreras y que abrieron el camino a la libertad con un mensaje que reivindica la diversidad y la inclusión. Desde Katharine Hepburn a Frida Kahlo, pasando por Coco Chanel, Madonna, Billie Eilish o Rosalía, en estas páginas encontrarás un manifiesto a favor del empoderamiento femenino. La moda es una forma de expresión individual y también un altavoz para romper las normas y que se escuchen nuestras voces. Porque nuestro valor como mujeres no lo dicta un canon o una tendencia, y lo tenemos más claro que nunca.
A la comunicadora siempre le ha apasionado la moda, la historia que gira alrededor de las prendas y la sociología de consumo. Formada como publicista y especializada en marketing, su trabajo en el sector dio un giro cuando en el año 2017 decidió investigar qué había realmente detrás de la industria de la moda y cambiar sus hábitos de consumo para que sus acciones estuvieran en consonancia con el mundo que quería. Actualmente es una de las principales divulgadoras sobre moda sostenible a través de su cuenta de Instagram, su trabajo en la radio y su labor como docente en ISEM Fashion Business School.
Os dejamos un extracto de la introducción del libro en exclusiva:
«A lo largo de la historia, la moda ha interesado a numerosos psicólogos, filósofos, sociólogos, escritores y antropólogos. Para todos ellos, ser consciente de cómo se va vestido es signo de modernidad y cambio. No en vano, la palabra moda proviene del vocablo francés mode, que a su vez deriva del latín modus, que significa «manera o medida», por lo que se puede entender que este término se refiere a la «manera» de hacer las cosas en un momento dado. El hecho de vestirnos posee, por un lado, un valor funcional, para proteger nuestro cuerpo de las inclemencias del tiempo, pero por otro también un sentido simbólico, ya que cuando nos vestimos, transmitimos quiénes somos y qué sentimos. La moda es un lenguaje, un sistema de signos y, como tal, forma parte de la comunicación no verbal junto con el lenguaje corporal y gestual. A través de la indumentaria y eligiendo oportunamente las líneas, las formas, los volúmenes y los colores de las prendas, e incluso del peinado y el maquillaje, podemos cambiar y reinventar la propia apariencia, expresarnos, mostrar nuestra singularidad y manifestar nuestra individualidad y estilo. Escoger cómo vestir todos los días equivale a pensar en el discurso que queremos transmitir. En este sentido, en ocasiones, la adquisición de determinadas prendas no está motivada por su función, sino por sus beneficios, su valor percibido y lo que puede ayudarnos a manifestar. Queda claro que a través de la moda podemos comunicarnos y, como si de un lienzo se tratase, nos permite expresar quiénes somos y cómo queremos que el mundo nos vea, sin necesidad de pronunciar una sola palabra.
Asimismo, en la indumentaria han ido interviniendo otros factores de tipo social, moral, religioso y sexista.
Desde la Antigüedad, vestirse de cierta manera era la forma de distinguirse de otros grupos humanos. Según los tejidos, los cortes y los accesorios se identificaban los estratos sociales, las clases religiosas y las posiciones políticas. Por ejemplo, en la Antigua Grecia, las mujeres tenían prohibido llevar atuendos en color dorado, a no ser que se tratase de su traje de novia, y solo las jóvenes casaderas podían llevar ropa de diferentes colores. Esto ha hecho de la moda el narrador de las diferentes épocas de la humanidad, mostrando la forma de vida, los gustos y las tendencias de pueblos enteros. A lo largo de la historia, las tendencias en el vestir también se han convertido en formas de denuncia y rebelión, y han servido como herramientas de protesta para mostrar la disconformidad con el sistema establecido, e incluso como vía de liberación, especialmente en el caso de las mujeres. La moda es un tema mucho más complejo de lo que aparenta, dado que es el reflejo de una parte de la historia de la humanidad, un lenguaje importante, incluyente y excluyente a la vez». pp. 9-11