Celebramos el Día de Baleares con las vistas sobre el Mediterráneo en Barceló Nura (Menorca)
El hotel de cinco estrellas es considerado un referente de arquitectura gracias a su diseño respetuoso con el entorno natural de la isla
El hotel ubicado en el municipio de Sant Lluís, cuenta con 128 habitaciones y un diseño interior basado en la artesanía local
Como cada año, el 1 de marzo tiene lugar la fiesta oficial de la comunidad autónoma de las Islas Baleares, uno de los destinos predilectos de vacaciones por sus playas paradisíacas, su gastronomía mediterránea y por su ambiente cálido y acogedor, capaces de enamorar a cualquiera de sus visitantes.
Conocido, entre otros, por su rica cultura y gastronomía, el archipiélago balear ofrece varios destinos únicos entre sus islas e islotes, pero hay uno de ellos que destaca por su singular belleza, esa es Menorca. Volver a esta isla es siempre buena idea. Existen pocos lugares en nuestra geografía donde disfrutar de inolvidables puestas de sol o desconectar de las prisas como en este paraíso balear. Un lugar donde cada rincón ofrece un festival de luz y colores entre inmensos campos de olivos y naranjos. En mitad de este paisaje se encuentra el hotel Barceló Nura, un proyecto que no solo respeta la orografía y el ecosistema, sino que además consigue mimetizarse con el entorno.
Diseño con sello local
Ubicado en el municipio de Sant Lluís encontramos un espacio que, más que un hotel, es un refugio. Barceló Nura ha sido diseñado bajo una premisa: el respeto por el entorno inspirado por la tradición y el respeto por la tierra. Declarada Reserva de la Biosfera en 1993, Menorca posee algunos de los hábitats mejor conservados del Mediterráneo. Es precisamente esta condición la que ha hecho que Barceló Nura se erija como un hotel por y para la isla.
Con vistas al Mediterráneo más azul y tranquilo de las islas Baleares, el Barceló Nura emerge en la costa sur de Menorca con una arquitectura que se funde con las construcciones tradicionales de dos alturas, arena blanca y balcones de madera. Sus 128 habitaciones, de las cuales 45 de ellas tienen acceso directo a una piscina semiprivada, hacen que sea considerado como un destino en sí mismo, desde el que experimentar el verdadero turismo sostenible.
Su afán por nutrirse del contexto en que se encuentra inunda también el interior del hotel, siendo la artesanía menorquina uno de los grandes protagonistas de sus interiores. Cada elemento decorativo y artístico está producido en las islas por artesanos locales, lo que ha permitido mantener en equilibrio el proyecto arquitectónico y, a su vez, reducir el impacto ambiental en su desplazamiento. A destacar, los conjuntos de piezas de cerámicas en sus estancias privadas y comunes.
Armonía con la naturaleza
Proyectado por el estudio de arquitectura menorquín FG Arquitectes, con los arquitectos Cristina Farreny y Rafael García al frente, los elementos constructivos han sido concebidos respetando el entorno y la orografía natural de la isla. ADN local que se materializa también en el uso de colores naturales y terrosos y una edificación que no destaca en altura en aras de respetar el paisaje.
En cuanto a los materiales empleados, destaca la predilección por aquellos sencillos y relacionados con la edificación tradicional de la isla. Así, en Barceló Nura abundan la piedra natural, a la usanza de los tradicionales vallados menorquines; y la madera, aplicada sobre estructuras ligeras en zonas de sombra.
Barceló Nura respeta el entorno a través de medidas como la utilización de agua regenerada y de iluminación de bajo consumo combinado con un sistema de control lumínico; la producción de agua caliente de consumo a través de aprovechamiento solar; o el empleo de sistemas de control de las instalaciones de climatización que limitan el funcionamiento al tiempo necesario y, por lo tanto, el consumo eléctrico de todo el hotel.