La soledad afecta más a los silver del colectivo LGTBIQ+
- La plataforma Vida Silver pone de manifiesto las dificultades añadidas que afrontan los mayores que se sitúan fuera de la heteronormatividad.
- Solo en la Comunidad de Madrid hay más de 160.000 personas LGTB mayores de 65 años y el 51% viven solas, según la Fundación 26 de Diciembre, entidad sin ánimo de lucro que trabaja con y por los mayores LGTBIQ+, y la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y Más (FELFTBI+).
En el Día del Orgullo Gay, la plataforma Vida Silver pone de manifiesto una realidad de los mayores que pertenecen al colectivo LGTBIQ+: la soledad a la que muchos de ellos se enfrentan. Además, a partir de cierta edad, la invisibilidad y la vergüenza son cada vez mayores, en un entorno y una generación que aún sigue siendo muy poco inclusiva.
Solo en la Comunidad de Madrid, hay más de 160.000 personas LGTB mayores de 65 años, según la Fundación 26 de Diciembre, una entidad sin ánimo de lucro que trabaja por y con las personas mayores LGTB. Y el 51% de ellas viven solas, según apunta la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y Más (FELFTBI+).
Cuando la edad avanza, la soledad les oprime y algunos se plantean abandonar su casa para mudarse a una residencia de mayores. Al abandono y a la ansiedad que produce en cualquiera esta transición, hay que sumarles otros temores propios de este colectivo: a no ser aceptados por el resto de residentes, a ofender a otros por el hecho de alejarse de la heteronormatividad, a convertirse en víctimas del rechazo o a la negligencia de los trabajadores que, en ocasiones, tienen más en cuenta la opinión de la familia que la de la pareja a la hora de tomar decisiones médicas importantes o que les prohíban compartir habitación a los integrantes de una pareja del mismo sexo.
La FELFTBI+ pone de manifiesto que este colectivo sufre una suma de vulnerabilidades, por el hecho de ser mayores y por su pertenencia a este colectivo. Según su ‘Estudio Mayores LGTBI: Historia, Lucha y Memoria’ de 2019, realizado a partir de una muestra de 145 personas mayores LGTBI, la múltiple discriminación que sufren se refleja en cuestiones fundamentales, como el menor acceso a los recursos económicos, la falta de atención y cuidados a algunos aspectos de su salud y el menor acceso a los recursos socio sanitarios y de cuidado. Estas personas se enfrentan a nuevas discriminaciones sociales e institucionales ante la falta de políticas públicas que recojan la diversidad como parte fundamental en la provisión de recursos para la población mayor.
Actualmente, existe la alternativa de trasladarse a un centro público diseñado específicamente para los LGTB: la residencia Josete Massa que la Fundación 26 de Diciembre instaló en el barrio de Villaverde, en Madrid. El edificio que la acoge, de cuatro plantas, se lo cedió en 2018 la Comunidad de Madrid, y allí instalaron la residencia, con 62 plazas, y un centro de día para 15 usuarios. A esta iniciativa se sumó, el pasado marzo, un complejo residencial privado gay friendly llamado Rainbow Apartments, que se creó en Benalmádena (Málaga).
Aún así, se hace necesaria la creación de más alternativas públicas, donde se promuevan residencias que integren a todas las personas y en las que se respete la condición sexual.
Por otro lado, muchos mayores de este colectivo denuncian también que la edad les vuelve invisibles. La idea de una pareja no heterosexual, en muchos casos, evoca una formada por dos hombres o dos mujeres, pero siempre jóvenes. Adicionalmente, estas personas no han tenido hijos, por lo que llegan a la vejez sin descendientes, y ellas suelen ser más vulnerables a la soledad al no tener una red de apoyo tan tejida y directa, según Cuideo, empresa de cuidados a domicilio para mayores o dependientes.
¿La solución? Según la psicóloga Raquel Moyá, especializada en tratar problemas específicos de la comunidad LGBT, tejer una red de amigos que sustituya a la familia. Contar con el apoyo de personas del entorno ayudará a combatir la soledad, a pesar de no tener hijos o una pareja.