Las celebraciones nupciales están tan sujetas a las modas como el resto de los usos y costumbres que estructuran nuestra vida social. Sin embargo, a partir de las inspiradoras y variadas representaciones que encontramos en series, películas, libros, revistas y redes sociales, no nos es difícil extraer una serie de características que permanecen al margen de las tendencias y que dan forma a la idea de lo que debería ser una celebración perfecta desde hace generaciones: belleza, elegancia, intimismo, sutileza y exclusividad.  

Este otoño/invierno, el palacio de Santo Mauro, situado en el mismo centro de Madrid, entre las muy nobles calles de Almagro, Caracas y Zurbano, abre sus puertas a celebraciones más lujosas, clásicas y aristocráticas de la ciudad con la firme intención de participar al máximo de ese ideal platónico y ofrecer a contrayentes e invitados una experiencia única que no podrán olvidar nunca.

El Hotel Santo Mauro no ha dudado en activar todos sus recursos y reunir los mejores ingredientes, con el encantador clasicismo decimonónico de su génesis como fondo y el espíritu inquieto, moderno e impetuoso de su recién inaugurada etapa como impulso, para conseguir que esa celebración tan especial se convierta en una auténtica boda de ensueño. Desde las preciosas vajillas y la cuidada decoración floral hasta la vibrante, cosmopolita y contemporánea ambientación musical creada por el reconocido compositor Lucas Vidal, cada detalle ha sido diseñado para mimar a novios e invitados y hacerles vivir una experiencia inolvidable.

Afinados por las varitas mágicas del interiorista Lorenzo Castillo, el paisajista Fernando Valero y la arquitecta y especialista en light-design María Covarrubias, los pasillos, los salones de baile, el antiguo comedor, el vestíbulo, las habitaciones y el coqueto jardín de castaños de este conjunto palaciego se convierten en un íntimo escenario en el que celebrar los enlaces más lujosos y exclusivos de la capital.

Y, todo ello, aderezado por el servicio de restauración del Santo Mauro, que brinda exquisitos menús y un amplio abanico de platos y recetas para convertir estos banquetes de boda en una experiencia gastronómica celestial, siempre de la mano del chef Rafa Peña, titular de Gresca, uno de los mejores restaurantes de Barcelona.

 

El plan perfecto

Del mismo modo que la familia Santo Mauro agasajaba a sus invitados en las distintas estancias del palacio, los contrayentes podrán hacer suyo el toque clásico y aristocrático de la época y celebrar su boda y su correspondiente banquete en los distintos salones y comedores del hotel, dependiendo de cuáles sean sus necesidades. El Salón del Consejo, antiguo comedor del duque, el Salón Rojo, antiguo salón de baile, y el Salón del Duque, además de reservados especiales como la Capilla, el lugar en el que los duques celebraban su misa diaria, se convierten así en el escenario ideal para celebrar coquetas bodas de hasta 100 comensales en modo banquete y 120 en formato cóctel.

Además, la belleza natural de su jardín, un auténtico oasis urbano que cada día es más apreciado en Madrid, ofrece a los novios un escenario romántico, exclusivo y personalizado que, ya sea con la luz natural del día o con la cuidada iluminación nocturna, promete convertir la ceremonia y su correspondiente celebración en una experiencia extraordinaria.

 

El servicio de restauración del Santo Mauro se ocupa de todos los detalles del convite, desde la calidad de los ingredientes hasta la presentación final, en busca de crear más y más recuerdos imborrables también a través del paladar de los contrayentes e invitados.

Y para exprimir al máximo la experiencia y disfrutar la fiesta como si de un auténtico viaje en el tiempo se tratase, nada mejor que coronar este día tan especial alojándose en el hotel, en los espacios otrora ocupados por la habitación del duque, las antiguas caballerizas y las naves para el servicio, repartidos por los tres edificios de este original conjunto palaciego. Más allá de la celebración, los responsables del hotel se han empeñado en hacer aún más memorable el enlace, ofreciendo a los novios pasar su noche de bodas en una de las habitaciones premium del palacio, una cortesía reservada para los que celebren convites de más de 40 invitados, y recuperar energías por la mañana con uno de los célebres desayunos del Santo Mauro en la antigua biblioteca del duque.

Además, de nuevo por cortesía del hotel, todas las celebraciones contarán con el menaje adecuado para atender a los comensales con ese aire tan aristocrático que caracteriza al palacio y con una cuidada y elegante decoración básica con flor de temporada, tanto en las mesas del banquete como en las de la ceremonia civil.

Las bodas de invierno en el Santo Mauro podrán celebrarse durante la mañana y hasta bien entrada la tarde, aunque las horas concretas habrán de fijarse con el Departamento Comercial del Santo Mauro, encargado tanto de ajustar los eventos de cada jornada en el hotel como de establecer el primer contacto con los futuros contrayentes, a los que, siempre sin compromiso, animan a visitar el palacio y a convertir en realidad su boda soñada.