La royal lleva años marcando tendencia con cada uno de sus estilismos y estas son las joyas de estilo ochentero que vuelven a estar de moda (y ella ya llevó).

 

A la hora de vestirnos, las royals siempre han sido una inagotable fuente de inspiración, tanto para el día a día como para las ocasiones más especiales. De la reina Letizia a Kate Middleton, Rania de Jordania o Carolina de Mónaco. Mujeres empoderadas e impecables al mismo tiempo que siempre saben qué ponerse para deslumbrar en cada ocasión, por discreto que pueda ser el look.

 

 

Carolina de Mónaco es una de las figuras más influyentes por su imagen clásica a lo largo de todos estos años, dejando un gran legado en todas y cada una de sus elecciones. Con un gusto exquisito y una elegancia innata, esta princesa ha sabido llevar las tendencias de cada época de manera impecable, convirtiéndose así en un referente de moda para millones de personas en todo el mundo.

 

 

Remontándonos a los años 80, fueron una época de exuberancia y exageración en la moda, y Carolina de Mónaco no fue una excepción. En esa década, los pendientes de gran tamaño y los aros en tamaño maxi se convirtieron en elementos distintivos de su estilo. Con formas geométricas, incrustaciones de piedras preciosas y un toque dorado, estos accesorios añadían un brillo espectacular a sus looks.

 

Pero más allá de seguir las tendencias del momento, Carolina de Mónaco supo incorporar su propio toque de elegancia y sofisticación a cada estilismo. Sus pendientes no solo eran una declaración de moda, sino también una expresión de su personalidad y buen gusto. Desde eventos formales hasta ocasiones más casuales, la princesa siempre encontraba la manera de lucir impecable y a la moda sin perder su estilo característico.

 

 

De entre todas ellas, hay un tipo de pendientes que conquistó a toda una era, los diseños de botón en cualquiera de sus formas, colores y tamaños. Pendientes que le dan ese extra de glamour a los looks del día y de la noche indistintamente y que ahora reciben el nombre de estilo old money. Caracterizado por su elegancia atemporal y su sofisticación refinada, la princesa siempre supo adaptar estas piezas a las tendencias del momento, creando así un estilo único e inconfundible.

 

 

Piezas como las que podemos encontrar en Joyas Antiguas Sardinero que nos transportan de inmediato a los años 80 y a la elegancia de una de las royals más seguidas a lo largo de toda su vida por un estilo impecable.

 

 

Estos pendientes gallonados están realizados en oro blanco de 18 kilates, un modelo de los años 40-50, con diamantes naturales en talla brillante engastados en el centro y un peso de 0,90 quilates. Otra de las opciones son estos pendientes de los años 80 realizados en oro amarillo de 18 kilates que pueden llevarse tanto en looks formales como informales.

Pendientes gallonados, de Joyas Antiguas Sardinero. PVP: 1.650 €

Pendientes oro amarillo, de Joyas Antiguas Sardinero. PVP: 1.600 €

 

Joyas Antiguas Sardinero también tiene estos pendientes de la etapa fernandina de finales del siglo XIX, realizados en oro amarillo de 18 kilates con esmalte negro perlas y turquesas naturales de 11,6 gramos. Por otro lado, este modelo Art Decó está realizado en platino con pavé de diamantes naturales talla brillante antigua que suman un total de 0,62 kilates cada uno, adornados con orla esmeralda de color marfil.

Pendientes Fernandinos, de Joyas Antiguas Sardinero. PVP: 1.190 €

Pendientes Art Decó, de Joyas Antiguas Sardinero. PVP: 1.750 €

 

 

Sobre Joyas Antiguas Sardinero

 

Joyas Antiguas Sardinero nació en 1998 en Santander como realización del sueño de su fundadora, Pilar Lobato, profesional con gran pasión y conocimiento del mundo de la joyería antigua.

 

La firma ofrece una amplia colección de joyas antiguas, abarcando estilos desde finales del XVIII hasta los años 80 pasando por el Art Decó, el Art Nouveau y la época Chevalier.

 

Lobato se dirige a un perfil de clientes que buscan joyas de época, realizadas en oro o platino, con brillantes y piedras naturales; sus compradores buscan la exclusividad de una joya única y el saber hacer del orfebre de la época, frente a la venta al por mayor de hoy.